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Egresados: Los hijos desconocidos por la Universidad

Ahora que se da la oportunidad nuevamente en nuestra Alma Mater de elegir el representante de los egresados al Concejo Superior para el periodo 2010-2012, recordé haber leído en alguna oportunidad un artículo del Observatorio de la Universidad Colombiana y que sin duda alguna describe el lamentable estado de reconocimiento y vinculo que tienen los Egresados con sus Universidades.

Pues bien, esculcando un poco aquí y un poco allá, logré encontrar el artículo y quiero exponerlo ante ustedes porque considero que aunque fue escrito en septiembre de 2008, ahora en 2010 sigue siendo vigente, pues en realidad nada se ha hecho para cambiar esta situación que entre otras cosas nos corresponde a los mismos egresados hacernos cargo de este cambio en compañía de los estudiantes actuales que al final de su proyecto educativo en la USCO, finalmente también serán Egresados y compartirán nuestra suerte.

Egresados: Los hijos desconocidos por la Universidad

Septiembre 2008. El Observatorio de la Universidad Colombiana presenta un análisis sobre el trabajo con egresados en nuestro sistema de educación superior, la ausencia de referentes de conceptualización y las fallas en la gestión del tema al interior de las IES.

Aunque teóricamente los académicos refieren que los egresados son miembros activos de las IES, la realidad colombiana muestra que estos poco importan al sistema. La mayoría de universidades sólo tienen acciones artificiales de contacto con ellos, el CNA y Conaces carecen de criterios rigurosos para la respectiva evaluación, el Estado considera que la única forma de evaluar es a través del Observatorio Laboral, y buenas intenciones como las de las Redes SEIS y RENACE, entre otras, se pierden por falta de gestión. Mientras tanto, los egresados se sienten cada vez más ajenos a sus IES, cuando no manipulados por intereses de mercado de sus universidades.

En términos generales, como Egresado se reconoce a toda persona que recibió la formación completa en un programa académico en una institución de educación superior. El número exacto de egresados que hay en Colombia se desconoce y los reportes del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior sólo informan que entre el primer semestre de 2.000 y el primer semestre de 2.006, se registraron 889.298 graduados, que corresponde al 68% del total de alumnos matriculados en 2006.

Además de egresado y graduado, también se denomina exalumno o “ex + el nombre de la institución”, como Ex - Rosarista. Al respecto no existe uniformidad en el término.

Para el Ministerio de Educación, Egresado es la persona que ha cursado y aprobado satisfactoriamente todas las materias del pénsum académico reglamentado para una carrera o disciplina, en tanto que Graduado es el egresado que, previo el cumplimiento de requisitos académicos exigidos por las instituciones (exámenes, preparatorios, monografías, tesis de grado, etc…) ha recibido su grado.

La normatividad en educación superior en Colombia no señala un compromiso de parte de las universidades hacia sus egresados. En términos legales, no hay elemento vinculante u obligatorio entre la institución y aquellas personas que libremente acogieron su proyecto educativo para formarse, una vez que cesa el vínculo legal – comercial de la matrícula y su concreción en el acto de graduación.

Así, no habría exigencia de parte del Estado hacia las IES para que éstas generen acciones concretas sobre sus egresados, quedando todo en un asunto de responsabilidad académica y de compromiso de las universidades con la sociedad, a través de los egresados.

Escaso soporte normativo

Para el caso de las universidades del Estado, el artículo 64 de la Ley 30, señala que el máximo órgano de dirección y gobierno de éstas será el Consejo Superior Universitario y que estará integrado por “un representante de las directivas académicas, uno de los docentes, uno de los egresados, uno de los estudiantes, uno del sector productivo y un ex-rector universitario”. No se aclara cómo se operacionaliza esto.

Del resto, no existe norma que concrete el tema de egresados en la educación superior. Para el caso de las IES privadas, la Ley 30 no indica el rol que deben jugar en la universidad, asumiéndose, por defecto, que estos actúan o son beneficiarios de cada institución en la medida en que la autonomía inspire a los directivos a actuar.

Sólo las IES que, en su discurso y obrar, hallan beneficios en el trabajo con egresados tienen una oficina debidamente organizada para ello, pese a la ausencia de referentes nacionales. Ellas saben que un honesto trabajo con egresados responde a una preocupación por su formación post-carrera, que ayuda a la imagen institucional, que refresca la academia y que hasta puede contribuir a que sus finanzas se mejoren, con el regreso de egresados como nuevos estudiantes, ellos o sus hijos, y adicionalmente, como ya se está dando en casos como la Universidad de Los Andes, con donaciones económicas de sus egresados (que en 2007, 501 egresados donaron 422 millones).

La obligatoriedad del proceso de Registro Calificado o de condiciones mínimas de calidad, fundada en el derogado Decreto 2566, de octubre de 2.003, impulsó a que las IES hicieran algo al respecto, más con la intención de “mostrar algo” a los pares académicos que hacían las visitas de registro, para poder continuar funcionando, que de desarrollar un programa formal de egresados.

El Decreto establecía como una de las condiciones mínimas de calidad, la existencia de Políticas y estrategias de seguimiento a egresados, que:

1) Permitan valorar el impacto social del programa y el desempeño laboral de sus egresados, para su revisión y reestructuración, cuando sea necesario.

2) Faciliten el aprovechamiento de los desarrollos académicos en el área del conocimiento por parte de los egresados.

El egresado vuelve a su Universidad cuando siente afecto, agradecimiento o convencimiento por la formación recibida.

3) Estimulen el intercambio de experiencias profesionales e investigativas.

Los deseos del Decreto fueron asumidos por la Ley que lo reemplazó, la 1188, de abril de 2.008, que resumió la situación en “la existencia de un programa de egresados que haga un seguimiento a largo plazo de los resultados institucionales, involucre la experiencia del egresado en la vida universitaria y haga realidad el requisito de que el aprendizaje debe continuar a lo largo de la vida” (Art. 2).

Los informes de los pares académicos en las salas del Conaces y la realidad de las instituciones que optaron por certificarse en “condiciones mínimas” (la gran mayoría), demuestran que el espíritu del Decreto y ahora la Ley se resumen en: Tener una encuesta de identificación de egresados –base de datos- (generalmente desactualizada), motivar el registro de los egresados en el Observatorio Laboral -6%, y demostrar que en el programa hay participación de egresados (quienes casi siempre son, a su vez, profesores o administrativos de la institución).

En cuanto a las condiciones de acreditación de Alta Calidad –CNA-, en el factor de Egresados, la situación no difiere mucho. Basta adicionar un estudio con una muestra de egresados (generalmente los amigos del programa), algunas actas de reuniones y algún sondeo para “demostrar” la influencia del programa en el medio y el impacto de los egresados.

Visto así el panorama, para el sistema parece suficiente que la Universidad y el Programa les muestren “algo” convencedor, auncuando los egresados realmente no se sientan consultados, invitados o acompañados. Basta, institucionalmente, con asignar horas de algún profesor de tiempo completo mientras se prepara la visita, y desmontar el entramado después de la misma. Lo que se termina evaluando son acciones del programa, mas no su responsabilidad con quienes ya graduó.

¿Qué hacer con los egresados?

Las instituciones de educación superior asumen que los egresados son integrantes de su comunidad universitaria (por lo menos así lo expresan en sus proyectos educativos), pero resulta paradójico que no sepan exactamente qué hacer con ellos.

No todas tienen claro qué es exactamente un egresado o, más concretamente, qué es lo que deben ofrecerles, qué es lo que ellos esperan de la institución de la que se titularon y de qué manera estos deben participar en docencia, en investigación, en extensión y en el gobierno de la universidad.

Preguntas aparentemente sencillas no han sido contestadas y, por lo mismo, no han sido definidos lineamientos de gestión académica para egresados en muchas IES. Por ejemplo:

> ¿Hay diferencias en los aportes y beneficios de los egresados de programas de pregrado y postgrado?

> ¿Pueden considerarse como egresados los estudiantes que han terminado materias y no se han graduado?

> ¿Cuáles son los aportes que se esperan de profesores y administrativos en su condición de egresados de la misma institución?

> ¿Debe haber beneficios diferenciados según programa, modalidad o méritos en el grado?

> ¿Cuáles son los criterios que deben tenerse para reconocer académica y públicamente a un egresado?

> ¿Qué servicios debe prestar la Universidad a sus egresados? ¿Debe cobrarlos?

> ¿Cómo evaluar objetivamente el cumplimiento del proyecto educativo de la universidad por parte de sus egresados?

> ¿Cómo “leer” institucionalmente los resultados de encuestas entre egresados que no desean saber de su institución, ni recibir nada de la misma?

> En el caso de la universidad pública, de qué manera la institución debe hacer tomar conciencia y responsabilidad de sus egresados sobre la inversión que el Estado ha hecho en ellos, beneficiados sobre miles de colombianos que no tuvieron dicho beneficio?...

La universidad debe asumir las consecuencias del pensamiento y afecto o rechazo de sus egresados. Ellos no se sienten agradecidos o decepcionados sin fundamento alguno. Vivieron, disfrutaron y padecieron la institución por varios años y sólo se sentirán orgullosamente egresados o estudiantes próximos de posgrado u otro pregrado si consideran que la universidad les dio, por lo menos, lo que les ofreció desde cuando ingresaron a primer curso. La condición de egresado no se obtiene con el grado, sino que se comienza a trabajar desde el mismo proceso de selección al pregrado.

No todos los egresados están interesados en regresar a la universidad, pero todos desean que la Universidad de la que egresaron tenga prestigio, mismo que no necesariamente es calidad

De no ser así, resulta perjudicial para la institución cuando el egresado se siente usado, cuando la universidad sólo lo busca para que se inscriba en programas de educación continuada, cuando es contactado únicamente para responder extensas preguntas que no le interesa responder o, peor alguno, cuando es elogiado por sus logros profesionales luego que no fuera bien tratado como estudiante.

Se requiere voluntad política

Asumir el tema de los egresados como una responsabilidad de la educación superior no parece estar en la agenda de los tomadores de decisión del sistema. Conaces y CNA no tienen criterios definidos al respecto, mientras que para el Consejo Nacional de Rectores siguen teniendo prioridad los temas de autonomía, financiación y esquemas de mercado que puedan afectar la estructura de ingresos de sus IES, y el Ministerio considera cumplida la labor dirigiendo el tema de egresados únicamente hacia el Observatorio Laboral.


Gabriel Corral, Noé Esquivel, Sergio Archundia y Juan María Parente, en “¿Qué es la Universidad¨?” (UNAM 1999) afirman que “Si la finalidad de una Universidad es única y exclusivamente formar profesionistas que se relacionen única y exclusivamente con el mercado de trabajo, entonces la vida universitaria estará por ahora en entredicho”.

Existen ejemplos significativos de trabajo con egresados, aunque es alto el número de IES que no tienen consolidado un trabajo al respecto. Hay valiosos esfuerzos, aislados, que no han podido ser concretados, y sobre los cuales el Ministerio no ha definido una acción.

En 2002, un grupo de cerca de 20 IES de Antioquia, lideradas por EAFIT, creó la “Red de Enlace Profesional”, a través de la cual se ha generado, por ejemplo, una escala de niveles salariales que deben defenderse entre los egresados de la región, según su nivel de formación.

En 2006, en el sur occidente del país, 14 IES conformaron la Red SUR (Red de oficinas y centros de graduados de las IES del Suroccidente Colombiano), Coordinadas CIDESCO, Corporación para la Integración y Desarrollo de la Educación Superior en el Sur occidente Colombiano.

En el mismo 2006 también surgió el Nodo Caribe de Oficinas de Egresados, coordinado por la Universidad del Norte.

La Universidad Católica inició el acompañamiento de los avances del Programa GRADUA2 -2004 y 2005-, de la red Alfa – Columbus, que construyó un valioso Manual de Instrumentos y Recomendaciones sobre el seguimiento de Egresados.

Universidades del centro del país crearon en 2005 la Red SEIS (Seguimiento de Egresados de Instituciones de Educación Superior) –lideradas por Sabana, Rosario, Tadeo, Unitec, Javeriana, Escuela de Ingeniería, entre otras-, auspiciada por ASCUN, y presentaron en el Encuentro Nacional de Extensión Universitaria, en Barranquilla, en abril de 2006, el documento “Política para el Fomento de la Calidad de la Educación y el Compromiso Social a través de los Egresados”, que intenta motivar a la comunidad universitaria sobre su responsabilidad y acciones concretas en el tema de egresados. Ni los rectores ni el Ministerio han tomado decisión al respecto, y los responsables de egresados no han contado con la suerte de tener un rector o funcionario del MEN, Conaces o CNA que les ayude en su esfuerzo.


Dicho grupo (Red SEIS), convocó en julio pasado, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá, un Taller Nacional sobre Formación de Trabajo en Red, para articular el trabajo de las distintas redes en el país –incluida una de los Llanos y otra más en el Eje Cafetero-, agrupadas bajo el nombre de RENACE (Red Nacional de Comunidades de Egresados).

El acto contó con la presencia del 25% de IES del país que, más allá de su interés y avances en el tema, reflejan en sus intervenciones y realidades:

> Que el tema de egresados en las universidades no cuenta con una identidad propia y que, según la necesidad o intencionalidad (bases de datos, seguimiento, venta de servicios, currículo…) está adscrito a diferentes dependencias: Secretaría General, Bienestar, Vicerrectoría Académica, Extensión, Relaciones Interinstitucionales… Son muy pocas las universidades que tienen una estructura de personal adecuada para atender todas estas responsabilidades.

> Que es muy variado y disperso el perfil de los gestores del tema en cada universidad. Desde brillantes profesionales y profesores en comisión, hasta psicólogos con perfil estadístico, comunicadores sociales – publicistas, ingenieros de soporte, abogados y profesionales recién egresados de la misma universidad, parientes de los directivos o empleados desplazados de otras dependencias de la universidad.

> Que son pocas las universidades que tienen debidamente normatizadas las funciones, alcances y responsabilidades del área de egresados, y que, paradójicamente, no todas las que tienen la reglamentación, la cumplen y garantizan que en realidad se cumplan mecanismos de reconocimiento, participación, elección y representación de egresados.

> Es común identificar a estos gestores como personas de carácter operativo, pero son pocos los casos en que son académicos que pueden dimensionar conceptualmente el rol de los egresados en la extensión del proyecto educativo de la universidad a la sociedad.

> En su mayoría, se destacan por un gran activismo y voluntad. La organización de encuentros de egresados, el levantamiento de una base de datos, la suscripción de convenios comerciales, la carnetización de exalumnos y la creación de un medio informativo son las principales acciones en su agenda.

Los estudios de seguimiento de egresados son costosos, inmediatistas y de rápida desactualización. Carecen de sentido si no están relacionados con programas concretos
> Los vacíos se comparten: La discusión con la academia sobre el perfil del egresado vs. el perfil de ingreso del alumno y el cruce de las bases de datos y estudios de caracterización, la reflexión sobre el nivel de participación de los egresados en las revisiones curriculares, la definición de mecanismos para garantizar la elección democrática y pluralista (y no por señalamiento de la máxima dirección), cuáles deben ser los criterios para que la universidad admita o promueva a sus egresados como docentes, hasta dónde llega el rol de los egresados en calidad de administrativos, y la consulta a la sociedad sobre la percepción de sus egresados, entre otros aspectos, parecen ser vistos más como deseo o tarea de una vicerrectoría académica, que de sus propias áreas.

Asociaciones de egresados vs. centros de egresados

Muchas IES patrocinan y fomentan el desarrollo de asociaciones de egresados, como una manera de contribuir en la relación de la universidad con sus exalumnos, a partir de los esfuerzos de estos.

En algunos casos, lo que generalmente comienza y termina como un esfuerzo de emotividad generacional de determinados grupos de egresados que se reúnen libremente en una asociación, y que se extinguen fácilmente con el paso de los meses y la ausencia de reales elementos vinculantes con la Universidad, se logran configurar asociaciones muy sólidas que, bajo una personería jurídica diferente de la de la Institución, sí pueden organizar actividades con ánimo de lucro y una clara intencionalidad comercial.

En casos como estos, los egresados encuentran claros beneficios económicos, que no necesariamente marcan una relación de afecto o intención de retorno a su universidad. Un claro ejemplo de esto, son los beneficios obtenidos por egresados, que pagan una cuota a su Asociación de Egresados, y a cambio pueden suscribir acuerdos comerciales con descuentos en entidades de medicina prepagada, comidas, concesionarios…

Estas asociaciones representan adecuadas estructuras de logística y organización de eventos, pero la Universidad no puede ceder su responsabilidad frente a las acciones necesarias para garantizar la continuidad del proyecto educativo en la sociedad, la participación de los egresados en su currículo, en las funciones sustantivas de la institución y en su gobierno y dirección. Sea desde la dirección central o desde las facultades, el programa de egresados es una responsabilidad de la universidad, y no de terceros.

Detrás del calificativo de "Egresado" está el nombre de una institución que dice públicamente que esa persona cumple con los referentes básicos de calidad exigidos por la institución que lo tituló.

Pasos a seguir

Ante este panorama aparecen tres alternativas:

1) El sistema de educación superior (en cabeza de Estado y Rectores) asume el tema y fija compromisos, para ahí sí hablar honestamente de pertinencia y compromiso social de la Universidad.

2) La situación sigue igual; es decir, el sistema aparenta que hace un trabajo con egresados y los pocos avances son el resultado de la gestión de algunos directores de oficinas de egresados.

3) Las IES definen que no existe vínculo legal u obligatoriedad con sus egresados, y entonces responden a una lógica de mercado y no de la academia, a pesar que el documento de lineamientos, presentado en el Encuentro de Extensión, señala: “El egresado sigue siendo Universidad. El hecho de terminar un vínculo formal y contractual con la institución, no exime a ésta de su compromiso de continuar la formación e interacción con el mismo”.

Es claro que en los escenarios dos y tres no se estaría hablando de educación superior. Porque si la Universidad no está dispuesta a escuchar a sus egresados, a implementar reformas académicas derivadas de su experiencia, a brindarles asiento en los órganos consultivos, entonces la Universidad como Institución social está en riesgo.

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Articulo Original tomado de:

Links de interés:




> “Política para el Fomento de la Calidad de la Educación y el Compromiso Social a través de los Egresados”, Red SEIS - ASCUN

> Listado de directores y responsables de Egresados en las IES Colombianas



Informe coordinado por Carlos Mario Lopera, director de El Observatorio, participante en el Programa Gradua2 y en la Red SEIS. Correo electrónico: cmlopera@universidad.edu.co
Material de referencia: Programa Gradua2, Red SEIS, normatividad educativa, universidades colombianas y Observatorio Laboral (Seminario Internacional Pertinencia de la Educación Superior: la educación para la competitividad)

Si desea comentar o compartir información al respecto, escríbanos: universidad@universidad.edu.co  

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